Estamos de viaje con nuestra cámara con geolocalización, con nuestro portátil o nuestro tablet y tirando de una conexión 3G o del servicio WiFi de los hoteles. Es divertido ir contando a nuestros amigos dónde estamos, mostrando qué hemos visto, dónde hemos comido y las anécdotas de viaje casi en tiempo real. Es divertido y peligroso.
En diciembre escribí una pequeña entrada sobre geolocalización, ayer leía un artículo de Chris O'Brien titulado "The dark side of gadgets" (La cara oculta de los dispositivos), donde entre otras cosas incide en que decir dónde estamos significa decir donde no estamos, y las redes sociales son, cada vez más, centro de atención de los dueños de lo ajeno para realizar su trabajo con facilidad.
Por lo tanto, para no exponernos, lo primero que debemos saber es cómo funcionan nuestros "gadgets", desde nuestro móvil, nuestro portátil y nuestro tablet a nuestra cámara de fotos; después hay que evitar informar sobre nuestro domicilio ya que si no saben dónde vivimos tampoco saben dónde no estamos y por último pensar muy bien qué publicamos de nosotros, quién lo va a ver y con qué información.
La geolocalización es muy útil si se usa bien.
No hay comentarios:
Publicar un comentario